1. Usa el transporte
público. Los viajes en coche suponen la mitad de las emisiones
totales de CO2 procedentes del sector del transporte y la mayor parte se genera
en los viajes de casa al trabajo o a la escuela, y viceversa. Usa el transporte
público en la mayoría de los trayectos urbanos, como llevar a los niños al cole
(les puedes llevar andando) y para los trayectos al trabajo puedes utilizar el
trasporte público o el coche compartido, o puedes optar por comprarte un coche
eléctrico o usar la bicicleta.
2.
Productos con certificación ecológica. La garantía de que un
producto sea de “producción ecológica” nos informa de que nos llevamos a casa
comida sana. Una explotación agrícola o ganadera con el sello de producción
ecológica no contamina los río lagos con pesticidas y proporciona a los animales
alimentos naturales.
3. Consume alimentos de temporada. Ahora en los supermercados se abastecen de productos traídos desde lejos. Esto requiere grandes cantidades de energía producirlos. Los alimentos autóctonos y de temporada requieren menos energía tanto es su cultivo como en su transporte. Además de ser más económicos, suelen ser más frescos, sabrosos y nutritivos.
4. Apaga la luz. Las
habitaciones que no se utilizan deberían permanecer a oscuras. Y se deben
sustituir las bombillas de toda la casa por unas de bajo consumo. Esto permite
ahorrarnos dinero y reducir nuestra huella de carbono. Las bombillas de bajo
consumo es cierto que son más caras pero duran unas diez veces más, lo que
supone un ahorro.
5. Usa el lavavajillas en lugar de lavar
los platos a mano. Existe un electrodoméstico que reduce realmente
nuestro consumo energético a la vez que nos hace la vida más fácil que es el
lavavajillas. Lavar los platos a mano con agua caliente puede resultar hasta un
60% más caro que hacerlo con un lavavajillas moderno a plena carga.
6. El algodón engaña.
Las prendas de algodón pueden considerarse una buena opción. Sin embargo, la
producción industrial de algodón tiene graves consecuencia medio ambientales
derivadas de la necesidad de grandes cantidades de agua para su producción y el
uso de pesticidas.
Hasta la década de los 60 el mar de Aral era el
cuarto lago más extenso del mundo. Los soviéticos desviaron los principales ríos
que abastecían el lago para utilizarlos para riego de enormes extensiones
algodoneras. Debido a este uso indiscriminado del agua, el lago se fue
encogiendo y en 1990 quedaba apenas del 25% de la superficie original,
provocando la muerte de los peces y plantas autóctonas de la zona, y el sustento
de muchas familias.
Usa prendas naturales de producción
ecológica. Por ejemplo los beneficios del algodon ecológico son
tanto para nuestra salud como para el medio ambiente porque es cultivado y crece
en campos de tierra fértil libres de pesticidas, herbicidas y fertilizantes
químicos sintéticos, y es hilado y producido sin químicos tóxicos.
7. Recicla. El
reciclaje es una de las maneras más fáciles de combatir el Calentamiento Global,
ya que evitamos generar mayor contaminación. Los vertidos de plásticos llegan a
los océanos destruyendo la vida marina. Cada año mueren 1.000.000 criaturas
marinas por la contaminación plástica de los mares. Por culpa del plástico
estamos creado verdaderas islas de basura en los océanos. Por lo tanto es
aconsejable adquirir el hábito de separar el plástico, el metal, el vidrio, el
papel, y las pilas. Cada uno en su recipiente correspondiente. Si no lo tienes
claro: Aprende a reciclar. Los botes viejos de pintura, los productos químicos,
los aparatos eléctricos y electrodomésticos deben llevarse a un centro de
reciclaje o punto limpio más cercano.
6. Usa riego por goteo en
tu jardín. Sistemas de riego por goteo, también conocidos como
sistemas de micro-riego, están diseñados para suministrar agua directamente a
las plantas, con un mínimo de consumo. Los sistemas de riego por goteo son
eficaces un 90 por ciento, mientras que los sistemas tradicionales apenas llegan
al 60 por ciento.
7.
Compost. ¡Devuelve tu basura orgánica a donde
pertenece, a la tierra! En lugar de enviar cáscaras de plátano, y demás restos
orgánicos al vertedero municipal, puedes convertirlos en abono orgánico. de esta
manera está reduciendo los residuos. Además el compost también hace que las
plantas fuertes y saludables, reduciendo la necesidad de fertilizantes y
pesticidas químicos.
8. Ojo al termostato.
El consumo energético disminuye hasta un 5% si bajamos un sólo grado el
termostato de la calefacción. No pases calor en invierno, ajusta la calefacción
a una temperatura razonable.
9. Menos plásticos. El
plástico es ligero, resistente, impermeable, flexible, barato… Pero el excesivo
uso de los mimos provoca contaminación en nuestras ciudades, ríos, lagos y
mares. El plástico es un problema creciente para el medio ambiente, las bolsas
de plástico y botellas que no se reciclan acaban en el agua y sobre el terreno
en el que persisten durante cerca de 100 años. El plástico es el culpable de la
muerte de numerosas especies en los océanos, debido a la ingesta accidental de
plástico o por la asfixia, provocada por el taponamiento de las vías
respiratorias con las bolsas de plástico. Este problema ambiental llega a
extremos insospechables. Últimamente han descubierto una isla de plástico de
dimensiones como la isla de Cuba, flotando a la deriva en el océano
atlántico.
10. Plantar
árboles en su jardín y la comunidad. Todo el mundo sabe que la
plantación de árboles puede ayudar al medio ambiente. Los árboles secuestran las
emisiones de CO2, reduciendo al mínimo los efectos del calentamiento global.
También tienen muchos efectos beneficiosos. Los árboles enfrían tu casa, lo que
reduce la energía utilizada para la refrigeración. Los árboles mejoran la salud
mental, etc. Si no puedes plantar árboles por que no tienes jardín, financia
proyectos de plantación de árboles, contribuyes de este modo a restaurar una
selva tropical o a frenar la desertización.
FUENTE: http://www.concienciaeco.com/2012/10/16/como-cuidar-del-medio-ambiente-en-10-consejos-practicos/
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